Hay Niños Aquí

Los cuentos de María Rosa

(Pueblo Nuevo, Upala)

La luz del amanecer
se desliza como una ola...
entre sombras nadie ve
lo que mira María Rosa:

En sus ojos de mujer
hizo cántaros la noche
con estrellas para ver
los caminos que se esconden.

Ella dijo: “yo soñé
con un campo de frijoles”...
Le dijeron que su fe
eran cuentos, no razones.

Y cuando empezó a llover
sobre el campo sin un brote,
fue una lápida en el viento
el silencio de los hombres.

Era invisible
hoja del aire,
plantó en la tierra
su corazón.
Ahora los campos
llevan su huella
hija del hambre
hija del adiós.

Ojos de bronce,
piel de madera,
pies de horizonte,
canto en la voz:
Era invisible
pero era eterna,
como los pájaros,
como el amor.

María Rosa se inclinó
con sus manos lavanderas
y se hizo rayo de sol
sobre el lomo de las eras.

Soledad la acompañó,
Miseria le dio la fuerza,
Esperanza le creyó
y Angustia lloró con ella.

Ahora que huele a verde,
a vainas por cosechar,
la luz del amanecer
no abandona el frijolar,

y ya todos en el pueblo
solo hablan de una cosa:
cuentan más que mil razones
los cuentos de María Rosa.

Era invisible
hoja del aire,
plantó en la tierra
su corazón.
Los frijolares
llevan su huella
hija del hambre,
hija del adiós.

Ojos de bronce,
piel de madera,
pies de horizonte,
canto en la voz.
Era invisible
pero era eterna,
como los pájaros,
como el amor.