Noticias

12 de Marzo de 2006

Fidel Gamboa: Purasangre musical

Aurelia Dobles
adobles@nacion.com

Entrevista: 2.30 p. m., Cerdo Dorado.

Una alucinación de caballos tibios, inquietos, enmarcados entre maderas, brota a saludarnos. Sus miradas vienen al galope a toparnos, como si bajo los pies de Fidel adivinaran llanuras infinitas, cielos abiertos. Sus lomos admiten dócilmente la montura de nuestras manos y sus hocicos se esponjan en una ofrenda de simpatía.

Sí, pensé, quizás las canciones del grupo Malpaís son purasangres aguardando la salida a galope del viento para entrar directo al corazón.

Bajo las riendas de la voz de Fidel, de los instrumentos de los músicos del grupo, las canciones de Malpaís cabalgan algo muy profundo en la gente, desde hace poco menos de tres años. Su primer disco, Uno, fue un fenómeno de ventas: diez mil copias en territorio nacional.

Los briosos corceles aquí en la caballeriza de Edgar Barrantes, dioses de una religión pagana y pura, parecen decírnoslo a su manera misteriosa.

No que Fidel sea un ducho jinete, para nada -lo confiesa-, pero sus canciones lo llevan a él por donde ellas quieren, él las deja corcovear a su gusto, y sus compañeros del grupo jinetean libremente cada interpretación; no en balde todos han cabalgado las rutas de lo clásico al jazz.

Fidel es el director, pero aclara que él no lo siente así en los conciertos.

"No hago ninguna dirección, cómo voy a dirigirlos: son músicos supercreativos y las canciones son algo vivo; a veces controlo a los percusionistas porque se emocionan mucho y hacen demasiado loco.... Nos divertimos muchísimo: es parte de enfrentarse a la música desde la perspectiva del jazzista".

Los establos allí en Tacacorí de Alajuela -¡vaya nombre musical!-, el campo cálido, los árboles frutales, los aperos de trabajo, los caballos tan sanguíneos, ciertos olores esenciales convocan imágenes que subyacen en la música de Malpaís: ese Buenpaís que todos llevamos dentro.

-De dónde sale tu música?

-Tengo varias razones para hacer música. La primera es la más tradicional: que lo viví de niño, por parte de mi abuela Esperanza; mis tíos eran guitarreros, muy aficionados a la música, mi abuela cantaba y mi bisabuela, La Chola, que fue maestra de escuela en Guardia y en Bagaces mucho tiempo, era muy aficionada a la música y le encantaba cantar, declamar y bailar. Es la rama de los Centeno en Liberia, que les decían los Centeno Pajarito, pues eran pequeñitos, cantaban y eran bohemios. Las otras razones, es que creo que para mí expresarme o decir las cosas es como una necesidad y no encuentro otra forma que no sea la música.

-Pero también te expresás con la palabra, en las letras de tus canciones.

-Igual tengo muchísimas limitaciones en ese campo. Para mí es mucho másencillo pensar en una melodía que en una letra. Pero muchas veces las palabras alimentan la música. La canción es un reto y es un misterio.

-Es como si recogieras un río subterráneo.

-Por ejemplo, hay una canción que canta Rubén Blades con Éditus, Paisaje. Con esta llegué a la casa, me serví un vinito y la escribí de un tirón. Solo cambié la estrofa del final. Pero en general con las canciones es darle y darle; incluso con Jaime (Gamboa, su hermano), cuando él hace las letras y yo la música, metemos mano en el campo del otro y dale que dale. Y hay canciones que nunca van a llegar a sonar porque simplemente no estamos contentos con algo del texto o de la música. Para que yo me atreva a cantar una canción mía o nuestra debo estar muy contenta con ella, debo sentirme bien a gusto cuando la canto, debe pararme los pelos, vaya.

-¿Y hacia dónde va tu música?

-Hacia donde quiera ir. Las canciones tienen vida propia, van cambiando, van conociendo gente, van desarrollando pies y alas; van donde quieran ir o donde las lleve el viento, o donde la casa disquera les asigne un lugar, o donde los discos se vendan, o donde alguien se la regale a otro, o donde alguien se enamore..., ahí va...

Regalános imágenes de tu infancia, de esas que alimentan tus canciones, para beberlas en estas páginas.

-En Nicoya, mi abuela en la cocina; gallinas en el patio; don Dámaso, un peón muy viejo que tenía mi abuelo, chapeando el patio. Los árboles de ese patio que eran miles: de naranjo, marañón, guanábana, mango, jocote... Los amigos del barrio jugando en un corral de mi abuelo que ya no servía, jugábamos mejenga por horas. Mi tía Alba jugando naipe con mi abuela, apostando frijoles. Mi bisabuela La Chola contándonos cuentos de miedo, porque la luz se iba temprano, era con generador. Mi abuelo saliendo del baño empapado con una bata de paño verde horrorosa. Son los recuerdos más felices realmente. Ya la vida aquí en San José era normal, íbamos a la escuela, nos trasladábamos mucho de casa. Los viajes a la playa eran lindísimos, desde Nicoya íbamos a Sámara; tenías que pasar ríos y se quedaba el carro pegado en medio río. El viaje ahora se hace en media hora pero entonces duraba tres horas; había 23 cruces de río. También íbamos a playas del Coco, donde mi abuela tenía unos parientes de apellido Barrera, que tenían unos cuartitos para alquilar; mi abuela le decía a la parienta, Balbina la montatoros. A Liberia no íbamos mucho, más bien los parientes de Liberia iban a visitarnos a Nicoya. El ordeño era otra cosa muy linda; cuando podía me levantaba de madrugada e iba a ordeñar con el abuelo; desayunaba de paso tortillas, cuajada, plátano frito, y después volvía a desayunar otra vez donde la abuela, pinto, huevitos...

-De varias formas eso irriga tu música...

Mis tíos eran cantores populares, que además habían bebido de fuentes muy antiguas, como mi tío Adán Guevara. Yo no puedo hacer esa música porque estoy contaminado con otras cosas, otros sonidos; ninguno de ellos estudió música formalmente, yo sí, me hice músico lector y tuve contactos con otras formas de hacer música: jazz, música sinfónica.

-Pero me refiero a las imágenes.

Están ahí, pero no las andás buscando, vienen. Igual el paisaje es básico: las grandes extensiones, las grandes llanuras, la tierra muy seca, los diferentes tonos de amarillo y ocre; Guanacaste es impresionante por eso y te golpea.

¿Por qué creés que tan rápida y profundamente la gente se ha identificado con Malpaís y su música?

-No sé por qué, te lo juro por Dios. Estuve tocando mucho tiempo con Adrián Goizueta y sentías a la gente muy identificada, pero era otro momento político. Ahora, la identificación de la gente con Malpaís..., es que no sé en qué lugar del corazón la estamos tocando así; porque posiblemente estamos hablando de cosas que les son comunes: todo el mundo tiene una abuela, se acuerda de cómo eran esas cosas; a nivel visual la foto del primer disco es una foto que seguramente tienen todas las familias en algún álbum viejo: la muchacha curvilínea a la par de un Ford viejo..., o la foto de la señoras con los chiquitos jugando en el patio... Estamos hablando de cosas que a los costarricenses les son comunes. La única premisa que teníamos con Jaime cuando empezamos a escribir canciones en esta última etapa es que las canciones contaran historias. Por eso nos acordamos en las canciones de un personaje como Etelvina, una amiga de mi abuela que había sido prostituta y mi abuela la había recogido y fue la empleada de confianza, la niñera de mis tíos. Después ella se enfermó y se hizo vendedora de rifas y de lotería; la abuela la molestaba después con que era bruja... Esa era la realidad pero después hicimos una canción y fabulamos el resto. Cada pueblo, cada persona tiene sus personajes así, sus historias. Por eso el segundo disco se llama Historias de nadie, porque nos son comunes a todos. Nos habíamos propuesto contar historias, y el resto, la identificación que hay ahora, es un fenómeno formidable. Creo que tocamos un filón que tenían los ticos muy adentro, y empezó a salir.

No tenés idea de lo emocionante que es para mí pararme ahí y cantar. A veces siento que no puedo, se me hace un nudo. Me da miedo muchas veces no poder cantar. Es que no soy cantante, soy músico de atril. Intento ser feliz y todos en el grupo estamos en eso. No sé cuánto va a durar este romance pero me emociona mucho y estoy muy agradecido con la gente.

Tomado de http://www.nacion.com/ancora/2006/marzo/12/ancora5.html

Archivo

2017 | 2016 | 2015 | 2014
2013 | 2012 | 2011 | 2010
2009 | 2008 | 2007 | 2006
2005